MUNDO JURÁSICO
Es innegable que adentrarse en el genial parque de diversiones “Jurassic World” resultará una experiencia inolvidable. La cuestión es ¿saldrás vivo de ahí?
Existe una horda de fans que se maravillaron hace más de dos décadas con la cinta de Steven Spielberg “Jurassic Park”. Impresionante ventana a un mundo fantástico sucedido millones de años atrás y traído al presente gracias al ADN encontrado en el fósil de un mosquito. La cinta mostraba unos efectos especiales verdaderamente alucinantes. Niños, ahora hombres, crecieron amando a los dinosaurios y convirtieron al Tiranosaurio Rex en el rey.
Pues hoy, 22 años después, Universal Pictures regresa con la cuarta entrega de la saga. “Jurassic World” nos ubica cuando el sueño de Mr. Hammond es ya toda una realidad. Mientras que en la 1ª parte, el parque aún no abría sus puertas al público, en esta ocasión chicos y grandes de todo el mundo llegan a Jurassic World, un gigantesco resort que hace ver pequeño cualquier parque temático del mundo real.
Invariablemente se toca el tema del hombre “jugando a ser Dios” al crear nuevas especies de Dinosaurios en el laboratorio. Ahora los científicos han concebido un dinosaurio híbrido, más inteligente de lo que imaginaron y van a enfrentar las consecuencias.
A pesar de su corta experiencia (apenas dos largometrajes), el director Colin Trevorrow recibió el visto bueno de Spielberg y parece no haberlo defraudado. Trevorrow logra arroparse por un equipo técnico y humano de primera para realizar un filme de excelente manufactura.
También se rodea de un elenco muy efectivo (Pratt, Dallas Howard, D’Onofrio, Khan). La historia acaricia el drama familiar y el conflicto romántico, lo cual ayuda a tener tanto momentos plenos de emoción como escenas humorísticas. Pero son los dinosaurios, obviamente, quienes se llevan la cinta.
Veremos todo tipo de especímenes, pero entre todos sobresale la nueva creación genética del parque: “El Indominus Rex”, un nuevo tipo de dinosaurio producto de los experimentos genéticos que hicieron en el parque. Es muy parecido a un T-Rex, tiene 12 metros de largo y puede correr a una velocidad de 48 Km/hr. A simple vista parece una mezcla de un Tiranosaurio Rex y un Velociraptor pero muestra espinas en su cabeza y es sumamente letal, sus dientes, por ejemplo, se renuevan constantemente.
La partitura musical corrió a cargo de Michael Giacchino, ganador del Oscar por la música de “UP” (2009). Aunque los momentos más emotivos resultan cuando se escuchan los acordes que John Williams compuso para la primera entrega de la saga.
Con todo estos elementos, el gran mérito del poco experimentado Trevorrow es lograr amalgamarlos en una historia convincente y lograr imprimir gran ritmo a la cinta, la cual resulta muy, pero muy emocionante.
Es sin duda la entrega más ligada a la cinta original, incluso por encima de las partes dos y tres. Los mayores de 30 años verán más de un guiño a la cinta de Spielberg, lo cual resulta muy emotivo. No se diga más, el Mundo Jurásico ha abierto sus puertas, adéntrate en él, seguro estoy de que encontrarás brutal entretenimiento.
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